viernes, 30 de diciembre de 2011

mi perro interno que morder no sabe......




Afuera llueve, solo el sonido de las gotas al caer puedo escuchar.
Yo aqui, quemando mi mente en vanos pensamientos, en mi oidos retumban esas viejas palabras, de redención.
Perros ladran a lo lejos! mi mente se ocupa en una imagen, la imagen de tu rostro, la imagen que me guía al infinito.
Perros que siguen ladrando, cada vez mas cerca... Me asomo a la ventana, solo el sonido de las gotas al caer, irrumpe en la muda soledad que abrigan las calles.
Una suave brisa acaricia mi rostro, mientras dejo escapar una bocanada del mortal humo. Mi mente lucha por concentrarse, lucha inutil... mis pensamientos son llevados por turbulentos mares. Lejanias que se pierden en la nada, rutas y autopistas,que separan lo que nunca deberia haber estado separado. El hedor de la soledad se vuelve insoportable, cierro la ventana.
Nuevamente a lo lejos el ladrido de los perros... quiza también, al igual que yo, hinoptizados por el silencio que cubre con su manto a la espesa noche que se cierne sobre la ciudad...
Mi compañero mortal de largas noches me abandona, aplastado en un cenicero con otros cadáveres, que lo reciben como se recibe a un hermano caído.
Un suspiro... el mío, que corta el silencio de la noche, decido darle el tan ansiado descanso a mis ojos, a mi cuerpo...mientras mis perros internos siguen ladrando en la oscura noche, queriendo ser oidos a kilometros de distancia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario